miércoles, 30 de mayo de 2012

DERECHOS VERSUS BENEFICIOS


                Durante ya casi cuatro décadas, hemos aprendido a vivir en un sistema administrativo-económico por llamarlo menos, confuso, en el cual de una extraña manera conviven los intereses comerciales privados, con unos ya reducidos, a su mínima expresión, intereses públicos o estatales, que deberían conllevar al bienestar social.
                No es novedad para nadie que durante este último tiempo, se han intensificado los debates sociales, educación, trabajo y salarios, condiciones y calidad de vida en las diferentes zonas de nuestra país, producción y pobreza, entre muchos más, como una sociedad que despierta de un largo aletargamiento, un sueño profundo y devastador para los intereses sociales de un  país que se mira como “casi” desarrollado.
                Beneficio, podríamos definirlo como un bien, dado o entregado, pero a su vez también se vincula a las ganancias obtenidas por una organización o empresa. Extraño, confuso. Bienestar y ganancia ¿Para quién? Este es el modelo político-administrativo de nuestro país, el de los beneficios. El estado actúa como una suerte de garante (asumiendo sus debilidades) en las políticas de beneficio social, pero a su vez entrega las suficientes libertades a los privados, para que estos desarrollen su propia fiesta libertina.
                Derechos, es un conjunto de normas que nos permiten vivir en sociedad y rigen nuestras relaciones interpersonales  (también con la propiedad), debería inspirarse en la justicia, pero esta dependerá de las costumbres y modos de vida de las diferentes sociedades. En este caso el estado actúa como ente fundamental a través de los tres poderes del estado, legislando a favor de la sociedad y generando las instancias judiciales para hacer cumplir estos derechos conforme lo dicta la ley.
                Derechos o beneficios, este es un debate complicado e intenso, que tiene que ser desarrollado en instancias sociales y políticas. Podemos ver que el partido de los beneficios le lleva bastante delantera a los derechos pero aún no se ha dictado sentencia al respecto.
                Los beneficios han permitido generar las condiciones suficientes para que en décadas, los poderes sociales callen con miedos a perderlos. Los subsidios han sido y son las guindas de la torta de este modelo, a la educación, al transporte, a la vivienda, al trabajo, finalmente un subsidio a la individualidad social  de las personas.
                Mientras tanto los derechos tienen mucho que decir todavía, se presentan nobles ante las múltiples y evidentes necesidades de la sociedad, derecho a una educación de calidad, derechos a una vivienda digna, derecho a un trabajo bien remunerado, entre otros. El derecho no solo dota de dignidad a las sociedades, sino que también se encarga de entregar las herramientas  por las cuales se pueden exigir e informarla.


¿Exijo mis beneficios? ó ¿Exijo mis derechos? mientras uno entrega condiciones de dignidad, el otro no hace más que entregar vergüenza e ignorancia. El debate está abierto como lo recogemos es el trabajo de una sociedad con el rabo entre las piernas. 


Javier Tapia Carreras